Cuesta hablar de ellas en términos de debutantes cuando llevan la friolera de cuatro años (y tres EPs) puliendo su respectivo sonido y desenfado en escena. Pero es ahora, y tras haber completado su personal vía crucis en formato auto-editado, cuando las neoyorquinas cumgirl8 han decidido presentarse formalmente con the 8th cumming, su primer larga duración y una absoluta masterclass sobre cómo irrumpir en sociedad a cara descubierta y sin remilgos.
Por muy sobada que a estas alturas esté, la técnica revival (si se emplea correctamente) siempre tiene ese encanto propio que consigue hacerse de notar y destacar por encima de otros productos más presentistas. Con todo, también hemos llegado a ver auténticos estropicios sin personalidad que simplemente emulaban lo retro por capricho y coyuntura, pero ese no es el caso de nuestras protagonistas. Veronika, Chase, Lida y Avishag recurren a una deliciosa grabación analógica (con la que sin duda viajaremos al imaginario de Siouxsie, Suicide, The Slits o X-Ray Spex) para invitarnos a formar parte de su delirante narrativa, tan reivindicativa y ácida como marciana y surrealista.
Una disertación retrofuturista y apocalíptica en la que la filosofía guerrillera de las abajo firmantes sigue quedando patente (Why do you think we call the feminine receptive? It's what you call me, I don't agree) al tiempo que las mismas maridan su lado más punk con un alocado catálogo de melodías sintéticas que insuflan accesibilidad y margen a su sonido DIY. Sin pelos en la lengua y con la irreverencia por bandera, el cuarteto de la Gran Manzana apunta a dar y desafía las leyes de la lógica con una suerte de álbum conceptual en el que, a través de sus diez cortes y de un estrafalario análisis sobre el binomio humano-máquina, dejan por escrito su particular manifiesto ciberfeminista.
Crisis climatológica, inteligencia artificial, el pulso entre la naturaleza y la tecnología, o la fina línea que separa la vida online de nuestros pecados en la Tierra son los rasgos que hacen de the 8th cumming un disco de su tiempo, a pesar de que sus baterías quedas (girls dont try), sus líneas de bajo a la Joy Division (ahhhh!hhhh! (I Don't Wanna Go)), sus punteos dreampoperos (simulation) o sus bases italodiscotequeras (hysteria!) intenten trasladarnos a un idealizado tiempo remoto.
Armadas de acierto y de referentes de irrefutable cuño, las chicas hacen un todopoderoso alarde de técnica y juegan con las diferentes bifurcaciones de su etiqueta gótica, inclinando la balanza en ocasiones hacia un lado más industrial (uti, iBerry) y en otras hacia un post-punk más canónico (mercy, Karma Police). Síntesis en el texto y descaro en las formas son los ingredientes ganadores para el debut redondo de un proyecto que promete darnos muchas alegrías a partir de ahora.
Maite Aparicio. Mondosonoro