Tras cuatro años sin publicar nada, Margarita vuelven al ruedo con un nuevo y reluciente EP. Seis canciones que condensan lo mejor del grupo, todo aquello que han ganado a la estulticia rock y al inmovilismo pop en todos estos años. Un mundo vibrante en el que el post-core de sus inicios es colonizado por la psicodelia, las melodías pegadizas, y la euforia expansiva. Aquí encontraréis todos esos elementos que les han hecho trascendentes como banda: los quiebros espasmódicos, las harmonías imposibles, la velocidad de crucero y la intensidad de sustrato punk.
Para este disco ha sido crucial la complicidad de Sergio Pérez (Svper, Joe Crepúsculo) a los mandos. Se nota como Sergio ha entendido muy bien su tarea y ha redondeado el sonido lleno de aristas y estridencias de los de Villaviciosa de Odón. El resultado final está magníficamente equilibrado: lo fuerte y lo suave, lo grave y lo agudo.
Quizás por todo ello, han elegido titular al EP con su propio nombre: Margarita. Como si tras muchos años de buscar, entregaran por fin aquellas canciones que les definen a la perfección, que culminan un proceso que empezó hace ya unos cuantos años. En todo caso, sea lo que sea lo que ellos hacen (noise tropical, psicodelia core o vete a tú saber), es bien cierto que pocos suenan como ellos. Compactos, potentes pero con gancho pop y positivismo a raudales. Únicos.
