Cuando el oficio no está reñido con el ingenio, salen CANCIONES, que es lo único a lo que
debería aspirar el rock en este momento. Tiburona hacen las mejores y, como escualas
supervivientes en las cambiantes aguas de la moda, han sabido seguir su instinto y desarrollar
habilidades que les permiten nadar de espaldas en otro medio, uno más pop, pero no por ello
menos exigente.
Lo nuevo de Tiburona suena distinto y a la vez extrañamente familiar, pienso en los Kokoshca
de Hay una luz o en unas Hello Cuca hipervitaminadas. No es que Laura, Rita y Supercarmen
hayan abandonado su zona de confort (el rocknroll clásico, el garage 60s
), es que la han
ampliado y actualizado, a través de un tratamiento de sonido más contemporáneo y usando
para ello su principal atributo: unas armonías vocales al alcance de muy pocos grupos del
panorama independiente nacional. Liberadas de corsés estilísticos y manteniendo intactas sus
señas de identidad, han facturado una colección de canciones que lucen sofisticadas y
contundentes como un guante de seda forjado en hierro.
Si en las fotos de promo de su primer trabajo, Sola y feliz (Folc, 2021), aparecían a las
puertas de una caravana, con este segundo álbum, grabado y mezclado por Raúl Pérez y Borja
Pérez en La Mina, y paradójicamente titulado Nos extinguimos (Montgrí, 2024), deberían
empezar a viajar en Falcón desde ya.
PENSANDO EN TI
GOBIERNO CERO
HORIZONTE DE SUCESOS
PERSONA FAVORITA PT.1
BREBAJE DE AMOR
ALMUERZO DESNUDO
RELACIÓN ABIERTA
ERRANTE
QUE MUERAS BIEN
