Un disco que no necesita presentación. El debut homónimo de Rage Against The Machine se editó en 1992, pero sería una superación en términos de influencia y realmente brillante, aunque innumerables bandas tienen clases. Probablemente esto se deba a la relación creativa entre el mago de la guitarra Tom Morello y el vocalista rebelde Zack de la Rocha. Mientras que las raíces anteriores en la destrucción de metales pesados ??de los años 80 dieron lugar a una inimitable gama de acrobacias de seis cuerdas y efectos especiales rítmicos (algunos de los cuales se han podido replicar), estos últimos emitieron rimas significativas con la convicción emocionalmente cargada de que los suburbios blancos Los muchachos de la generación de nu-metal siguiente nunca podrían esperar tocar. Como resultado, la insurrección del rock duro como Bombtrack, Take the Power Back y Know Your Enemy fueron tan instantáneamente inolvidables como asombrosas. Sin embargo, incluso en comparación con las verdaderas clínicas en el arte de aumentar lentamente la tensión como Settle for Nothing, Bullet in the Head y Wake Up (donde Morello revisa el riff de Ledchepelin de Led Zeppelin para sus propias necesidades), todas las cuales finalmente explotaron con asombroso poder y furia. Incluso se atendió a los oyentes que no pudieron (o no quisieron) procesar completamente el choque único de músculos e intelecto de la banda, ya que RATM pudo transmitir sus mensajes a través de la persistente repetición a través de Freedom y su registro distintivo. Killing in Name, que se convertiría en un grito de desautorización, gracias a su implacable mantra rebelde de Vete a la mierda, no haré lo que me digas! En última instancia, si hay una decepción con este álbum casi perfecto, aún se alza por encima de los esfuerzos posteriores del clímax inequívoco de la visión de Rage Against the Machine. Como tal, sigue siendo absolutamente esencial Reedición en vinilo de 180 gramos.
