El álbum revolucionario de Oddisee: Imbuido de amor, honestidad y altruismo, The Good Fight es virtuoso en su musicalidad, directo en su lenguaje e infinitamente identificable.
En un paisaje plagado de indulgencia abstracta y cazadores de tendencias superficiales, el artista del condado de Prince George, Maryland, ha creado un disco que te recuerda que es música antes que hip-hop.
Para Oddisee, "The Good Fight" trata de vivir plenamente como músico sin sucumbir a las trampas del hedonismo, la avaricia y el materialismo. Es música que produce un sentimiento intangible: el sonido sacro de un órgano, de unas trompas de metal o de un platillo. Es una meditación sobre nuestra capacidad de amar y los vínculos que nos unen. Es nuestra ambición y codicia en guerra con nuestro sentido de propiedad: una lista de paradojas que todos enfrentamos cuando vivimos y nos esforzamos.
La producción de Oddisee hierve a fuego lento en su propio gumbo orquestal. Se siente que es realmente un jazzista en una forma diferente, que habita el espíritu de Roy Ayers y otros grandes del pasado. The Fader's lo comparó con un MC musical, Escher, y elogió su "sonido grandioso y sinfónico" y sus "mensajes relevantes con los que se puede identificar". Pitchfork elogió su "boom-bap ecléctico y conmovedor".