Tras un montaje policial, el actor Pierre Clémenti -uno de los iconos de la rebelión juvenil de los años sesenta y setenta- fue encarcelado en Italia acusado de posesión de drogas. Fruto del encierro nace este texto en el que Clémenti, con gran lucidez, convierte su caso particular en una denuncia sin fisuras de la sociedad carcelaria, haciendo pública la suerte que corren los presos tras los muros.