Este libro es una novela de indios y vaqueros de las de toda la vida, de las que se compraban en el kiosko, cabían en el bolsillo y se devoraban un mediodía de verano bajo el sol ardiente de Almería. Y, siendo todo esto, es también un experimento literario y cultural. Es coger aquellas novelas del lejano oeste que, admitámoslo, han envejecido regular y darle la vuelta a la tortilla. Jugar con los clichés para recuperar todo lo gozoso de aquellas aventuras de folletín. Con ésta, la octava novelita del Proyecto Estefanía, se quiere volver a escribir alta literatura de kiosko. Eso y cabalgar hacia el sol poniente cuando termine la aventura.
"Jennifer entornó los ojos, las inquietantes ánimas se tornaron en hombres de carne y hueso. Forasteros ensillados en dos imponentes caballos color crema se alzaban mientras, desde un lugar indeterminado, alguien aporreaba las teclas de un órgano con gran pasión, estremeciendo las almas de quienes se encontraban contemplando el árido paisaje. Un escalofrío, algo no marchaba bien. Y Jennifer WildCow lo sabía."
73 páginas. 10,8 x 15,2 cm.
Impreso en Valencia.