Los Fresones Rebeldes regresan con su primera grabación en 22 años fieles a su estilo de pop clásico con guitarras y tambores, como hecho por niños. Sus temas siguen siendo el amor intenso y las tonterías, a veces en singular combinación.
En «Cada San Valentín» hacen un regalo de amor, pero aceptan que para otros la fecha sea una tontería en sí.
«Amor que no tiene fin» ya lo dice todo en el título. Ese amor ciego que pregonaban en «Al amanecer» sigue tantos años después reforzado por el tiempo y la experiencia, en una aleación indestructible.
«Tú y yo, un barco y el mar» es una fantasía marítima con un gramo de locura, ¿hay algo que nos haga decir más tonterías que el amor?
Por último, no podían faltar la duda y el sufrimiento en «Amor invisible».