"El bosque en llamas", el primer álbum de Pumuky para Jabalina, es un trabajo impresionante desde los primeros golpes de tambor, que le dan inicio y le va abriendo paso, lleno de maravillosos rincones (algunos de ellos secretos), cuya elaboración requirió de más tiempo y paciencia del inicialmente previsto, así como de la meticulosa dedicación de todos (muchos) los implicados en el proyecto de la banda entonces afincada en Barcelona y liderada por el tinerfeño Jaír Ramírez.
En su segundo álbum,Pumuky definitivamente abren (a propios y a extraños) las puertas de su personalísimo universo lírico y sonoro, que han ido construyendo poco a poco, desde su formación. Un territorio que tiene su marca, la impronta de melodías y atmósferas difíciles de asemejar a otros artistas y criaturas de su misma especie. No es tarea fácil describir la música de Pumuky, que se mueve, como cazador furtivo, huidizo, entre ambientaciones y sombras extrañas propias de Migala, agridulces melodías acústicas que nos podrían recordar a Lambchop o a un Patrick Wolf en su faceta más orgánica, violentas descargas eléctricas cercanas a los postulados fijados por Mogwai, o paisajes de una inquietante melancolía cercana a Eluvium. Diversas expresiones que, en cualquiera de los casos, nunca dejan de ser canciones Pop.