Electròccid àccid alquimístic xoc supone un cambio en el sonido de Pau Riba, ahora electrificado, abrazando plenamente el rock bajo la influencia de artistas como Lou Reed y abriendo nuevo ciclo para disociarse de su pasado inmediato. El mágico Dioptria quedaba rebasado.
El disco se graba en el invierno de 1975 con la ayuda de la misma formación que le acompañaría en su concierto de la sala Zeleste unos meses antes para presentar nuevas canciones: un combinado de músicos valencianos procedentes de bandas como Paranoia Dea y el grupo del guitarrista Eduardo Bort.
Riba volvía a desconcertar a todo el mundo con una obra que por sí sola insuflaba preliminar entidad a ese constructo que acabaría llamándose roc catalá, del que puede que Riba haya sido su más legítimo exponente.
Se detectan guiños a Reed, Ray Davies y Kevin Ayers, pero en el código genético de Electròccid es protagonista principal la autoría propia. Con un tono a veces poético y otras irónico hasta el absurdo, la temática de Riba se interesa por la luna, las estrellas, la muerte, el amor, la mujer, el demonio, la burguesía
alimentando esa originalidad que hacía de Riba un autor único. Resulta sorprendente lo espontánea y desacomplejadamente que Riba, sin esfuerzo aparente, naturalizaba la lengua catalana en el discurso rock y viceversa.
Primera reedición en vinilo ¡en más de cuatro décadas!