Violeta Gil viene del punk y eso se nota. Criada en escenarios junto a sus formaciones Las Cruces y Primer Premio, su primer largo en solitario, de nombre La Soledad Es Mi Palacio es un acto de fé en el que el art pop se utiliza como cuchilla afilada. Composiciones que dan una vuelta de tuerca a las estructuras tradicionales del pop, sin perder las melodías pegadizas y añadiendo un halo de oscuridad gracias a las infinitas armonías y disonancias que acompañan su voz, su instrumento principal de creación y protagonista indudable de su música.