Desde el lanzamiento de Sorpresa Familia, su bullicioso disco de 2018, que fue elogiado por Pitchfork como su «recién descubierta madurez de la canción sin sacrificar la energía juvenil» y NPR diciendo «partes iguales de alegría y rabia», MOURN han tenido que hacer frente a adversidades. MOURN creció y eso es evidente en las canciones que componen Self Worth. Sus melodías, enérgicas y cautivadoras, se aventuran en terrenos más escarpados y sus letras muestran su nueva disposición para abordar temas de diferente peso y tamaño.
Su recorrido fue prematuro: grabaron su álbum debut cuando aún eran menores de edad, en 2014, y comenzaron a cosechar elogios y a sumar seguidores. Sacaron dos discos más: Ha, Ha, He (2016) y Sorpresa Familia (2018). Y se volvieron intercontinentales, con giras por Norteamérica, Europa y Japón. Un sueño indie hecho realidad para Jazz Rodríguez y Carla Pérez Vas, ambas nacidas en 1996 en El Maresme, Cataluña, donde se volvieron inseparables al final de la escuela secundaria. Aún hoy preservan ese lazo. No es para menos: sus voces y sus guitarras, combinadas, son combustión pura.
Ese itinerario, por supuesto, también tuvo adversidades. La banda no es la misma. El mundo tampoco. Las chicas crecieron. Y eso se advierte en las canciones de Self Worth. Sus melodías, enérgicas y atrapantes, incursionan en terrenos menos allanados. Y sus letras evidencian que ahora están preparadas para abordar temasde otro peso y calibre.
Self Worth comenzó a gestarse en la primavera del año pasado. Por entonces las cosas no iban bien con el baterista. En mayo, una vez liberadas del mal rollo, Jazz y Carla se refugiaron durante una semana en una casita en la montaña, cerca de los Pirineos, en Francia, para empezar a proyectar su próximo álbum. Allí, sin móviles y sin internet, se dedicaron a escribir y a grabar demos. Asomaron nuevas melodías, letras y líneas de guitarra. Volvieron a Cataluña, donde esperaban Leia Rodríguez, bajista y hermana de Jazz, y Víctor Pelusa, el nuevo baterista.