Medir el talento es absurdo, imposible, incluso ridi´culo; pero nadie dudari´a de que el talento existe. Basta con dar un paseo por la trayectoria musical de Joan Colomo para tener una prueba irrefutable. Un talento que desborda por todos lados, que dibuja melodi´as imposibles con una mano mientras, con la otra, juega a sorprendernos con detalles de produccio´n inesperados. Un talento capaz de interpretar todos los papeles y, si le sobran diez minutos, inventar de nuevos. Y cuando despue´s de escuchar todos los discos pensamos que si´, que ya lo tenemos, que ya hemos entendido el que´ y el co´mo del torrente creativo del artista de Sant Celoni, va y saca un disco nuevo y vuelve a cogernos por sorpresa, sen~alando pasillos y puertas que ni nos habi´amos imaginado que existi´an. LOferta i la Demanda demuestra, con una claridad incontrovertible, que tire por donde tire Joan Colomo no puede dejar de ser un autor. La personalidad abrumadora de su mu´sica le convierte en un caso aparte dentro del panorama musical catala´n. Incluso cuando juega con la electro´nica y los sonidos mainstream, como en Ritmo pervers o en Prisma donde nos lleva a la pista de baile con una sonrisa en los labios y una necesidad imperiosa de cantar mientras movemos las caderas, se aleja de los convencionalismos y las estructuras previsibles. Y es que, por primera vez, en este disco los teclados miran a los ojos a las guitarras y los sintetizadores acolchan las composiciones, todo para conseguir unas atmo´sferas absolutamente subyugantes, como la inesperada Guerra freda o la e´pica y delicada Esclat etern.
Hay poca gente en el mundo del pop que pueda afirmar que posee una voz propia, una manera de componer y de cantar que toma referentes tan diversos que parece que no tenga ninguno, y que todo lo que hace se este´ haciendo por primera vez. Joan Colomo es uno. Maestro de los contrastes, es capaz de hacer que la mu´sica que se susurra y la que se baila con los ojos cerrados se den de la mano en una misma can- cio´n. En este sentido, LOferta i la Demanda roza la perfeccio´n. La oscuridad concep- tual se envuelve de un sonido luminoso, las emociones a flor de piel se llenan de sig- nificado, y las melodi´as fra´giles despuntan con estribillos altamente coreables, como la excepcional Consum intern o Fantasma, otra de las muchas joyas de este disco. En cuanto a las letras, como ya es marca de la casa, lo i´ntimo y lo poli´tico se mezclan como si fueran una sola cosa, y las relaciones humanas se nos muestran como un reflejo de las relaciones econo´micas y poli´ticas para que, en el fondo, y eso parece apuntar desde el mismo ti´tulo, todo son juegos de poder.